jueves, 30 de mayo de 2013

Quebranto a las cuentas



GACETA DE SALAMANCA - B.F.O./M.M. 31/05/2013
Durante la presidencia de Fermoso se compraron acciones de Air Nostrum por 74,8 millones y se invirtieron 20,5 millones en un complejo turístico caribeño
No solo los créditos concedidos a los consejeros de Duero (en condiciones más ventajosas que a otros ciudadanos) y las indemnizaciones millonarias a directivos la caja fusionada están en tela de juicio. Hay múltiples operaciones del mandato de Julio Fermoso, que fue presidente ejecutivo entre junio de 2004 y abril de 2009, que se encuentran bajo sospecha. Las más llamativas son la compra de acciones de Air Nostrum por 74,8 millones, la inversión de 20,5 millones en un complejo turístico en la República Dominicana y el gasto de 131,4 millones en cuatro edificios de relumbrón.
Fermoso se embarcó en la compra de acciones de Air Nostrum en noviembre de 2006. Encontra del criterio de los técnicos y del director general de la época, Lucas Hernández, adquirió el 22% de las acciones de la filial regional de Iberia. La compañía aérea entró en pérdidas en 2011.
Además, en diciembre de 2007 Caja Duero informó que iba a destinar 20,5 millones a la construcción en el Caribe de un complejo que requería una inversión global de 240 millones para edificar en varias fases 352 viviendas, 56 apartamentos y un hotel. Con la propiedad repartida entre Cap Cana (50%), NH (25%) y Caja Duero (25%), el proyecto turístico se asentaba en 500 metros de playas privadas y en una extensión de 124.000 metros cuadrados. A construir en varias fases, la primera de ellas ya ejecutada, se ubicaba junto a uno de los
tres campos de golf que iba a diseñar Jack Nicklaus. Para esta operación Fermoso se asoció con Ricardo Hazoury, un empresario dominicano que ha tenido dificultades financieras y ha estado acusado de delito de fraude inmobiliario. Además, durante la presidencia de Julio Fermoso se compró por 7 millones el Teatro Lope de Vega de Valladolid, la salmantina Casa de María la Brava en 14 millones, el edificio en la calle Marqués de Villamagna de Madrid por 90,8 millones y un inmueble protegido en Valencia por 19,6 millones (que se restauró para ubicar cinco oficinas de la Caja).
No les puede salir gratis
El paso dado por la Fiscalía de León, gracias a una denuncia de IU de Castilla y León, supone un avance importante a la hora de depurar responsabilidades por la mala gestión de los consejeros que finalmente han llevado a la ruina a Caja Duero.
La denuncia del fiscal para que un juzgado los investigue servirá, al menos, para que algunos personajes empiecen a entender que en los órganos de gobierno no se sentaban solo y exclusivamente para cobrar dietas, repartir prebendas, cuando no a otorgarse préstamos ventajosos con dudosas garantías de cobro o utilizar la entidad para conseguir otro tipo de favores. Por mucho que la mayoría haya pensado que las entidades de ahorro eran sus cortijos, sus frívolas y provechosas decisiones tenían unas consecuencias.

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