ABC.es Teresa Sánchez-Vaquera
- 24/05/2013
Por
enésima vez se ha preguntado en las Cortes de Castilla y León al presidente
de la Junta
sobre su notorio fracaso en su proyecto de crear el «músculo financiero» de la Comunidad con la suma de
las seis cajas de ahorro que en su día existieron. Y la respuesta siempre es la
misma: hay que pasar página, aunque asumimos los errores. Y ya está. ¿Cómo y
cuándo se asumen esos errores? ¿y de qué errores se hablan? La oposición se
contenta con estas frágiles explicaciones porque son presos de su complicidad
necesaria.
Ahí está,
por ejemplo, el último capítulo del fracaso del «músculo financiero»: Caja
España-Duero (Banco Ceiss). Un proyecto que aún pende de un hilo al borde del
precipicio y nadie ha asumido ni una sola responsabilidad por la gestión que ha
llevado a la ruina a una de las mejores cajas de ahorro del país. Los afectados
por las preferentes de Ceiss han acudido a la Junta a pedir ayuda. Y el consejero de Economía
les ha dicho que les comprende pero que no está en su mano hacer nada salvo
poner a su disposición las oficinas de consumidores para que canalicen por ahí
sus reclamaciones. Y nada más. Una palmadita en la espalda, rostro de
circunstancias y a la calle. Los tribunales son su única esperanza.
Tribunales
a los que también miran grupos de aún empleados del Banco Ceiss, afectados por
el ERE y que empiezan a organizarse. Buscan documentación y testimonios para
que la Justicia
dirima responsabilidades. Ahí está, por ejemplo, la gestión de las plusvalías
generadas por el polígono de La
Lastra en León, el fracaso de Agelco, la aprobación de
créditos a miembros del Consejo, salidas multimillonarias de altos directivos o
contratos de servicios y de productos a determinadas empresas. Y
todo ello con el beneplácito de la
Junta.
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